La radiación solar incluye los rayos ultravioleta
(UV), la radiación visible y la radiación infrarroja. La
radiación ultravioleta es la más perjudicial, puesto que
los plásticos contienen moléculas capaces de absorber
estás radiaciones, que tienen una energía mayor que
la necesaria para romper dichas moléculas, dando
lugar al proceso de degradación.
La temperatura es otro factor importante en la
degradación de los plásticos. De forma general, la
velocidad de las reacciones químicas aumenta con
la temperatura, y el caso de los plásticos no es una
excepción. Aproximadamente, por cada 10 grados de
aumento en la temperatura, la velocidad de reacción
se duplica. Estamos viendo, por tanto, que el proceso
de degradación de los plásticos se acelerará al aumen-
tar la temperatura.
En los plásticos, dada la baja conductividad
térmica que presentan, la temperatura de la superficie
de un plástico expuesto al sol puede elevarse muy
por encima de la temperatura ambiente. El efecto de
la temperatura se acrecienta en el caso de materiales
utilizados en el interior del automóvil, por ejemplo
el salpicadero, que en una tarde de agosto puede
alcanzar temperaturas superficiales próximas a los
100 ºC.
La lluvia es el tercer parámetro indicado como
más importante, pero lo verdaderamente interesante
son los periodos durante los cuales la superficie de
la pieza está mojada, o sea, los periodos de rocío,
los periodos de lluvia y los periodos de humedad poste-
riores a la lluvia. El agua puede contribuir al “lavado”
superficial de ciertos componentes de los plásticos
permitiendo o acelerando la degradación del material.
Vemos entonces, que por ejemplo, el plástico
utilizado para fabricar un paragolpes debe soportar
la radiación solar y la lluvia, sin embargo el plástico
utilizado para un salpicadero debe soportar mayores
temperaturas y no es necesario que soporte la lluvia.
El plástico utilizado para fabricar la carcasa de un
televisor rara vez deberá soportar la radicación solar,
ni altas temperaturas, ni la lluvia.
La diferencia entre el comportamiento de unos
plásticos y otros está en los aditivos que se añaden
en el momento de su formulación. Estos aditivos son
costosos y por ello su utilización debe estar debida-
mente justificada con la aplicación que se le va a dar
al objeto fabricado. Los aditivos pueden ser absorbe-
dores de ultravioletas o bloqueadores de reacciones
de descomposición. Pero también hay otros elementos
utilizados habitualmente en la elaboración de piezas
de plástico que deben tenerse en cuenta para que no
afecten negativamente al comportamiento del material,
como pueden ser los lubricantes utilizados para facili-
tar el proceso de fabricación y los plastificadores, que
deberán elegirse adecuadamente.
En Centro Zaragoza, las piezas de plástico para
componentes exteriores son sometidas a un ensayo
de envejecimiento acelerado para garantizar su fiabi-
lidad. Durante 1.600 horas el material es expuesto a
una radiación de luz similar a la radicación solar, pero
varias veces más intensa, de modo que el proceso de
envejecimiento se acelera entre 8 y 10 veces. En la
misma prueba se simulan 800 ciclos de lluvia y se
controla la humedad de forma permanente. La
temperatura de la superficie del plástico se mantiene
en torno a los 65 ºC. Después de la prueba, el material
no debe presentar variación visible de color ni altera-
ción de su superficie.
Todo lo expuesto contribuye a garantizar la
calidad de las piezas certificadas, conscientes de que
hay aspectos que pasan desapercibidos al usuario, y
que se deben describir más ampliamente para poste-
riormente disponer de unos argumentos de decisión
y elección justificada de un recambio de calidad.
C
www.centro-zaragoza.com
Nº 46 - Octubre / Diciembre 2010
Carrocería y pintura
Piezas de plástico: Envejecimiento del material
22