aula
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julio/agosto 2010
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En colaboración con
•
Sistemas inverter que permiten variar
la velocidad de rotación de los motores
ajustándose a las necesidades específicas
según las distintas fases de trabajo y
controlar el arranque de manera que éste
sea más suave y no se alcancen picos de
consumos.
•
Sistemas automáticos de control de
presión en la cabina que avisan cuándo
deben ser sustituidos los filtros para que
los motores no trabajen en exceso y la so-
brepresión en el interior sea la adecuada.
•
Sistemas de recirculación del aire caliente
para un mayor aprovechamiento del calor.
Equipos de radiación
infrarroja
En el caso de las cabinas-horno el secado
de las pinturas se produce por conducción-
convección; el aire caliente que se hace cir-
cular en la cabina calienta la superficie ex-
terior de la película de pintura y este calor
se difunde a las capas inferiores. Es decir,
lo primero que se seca es la capa exterior.
Sin embargo, en el caso de emplear equipos
de secado por radiaciones infrarrojas, el
secado se produce de dentro hacia fuera;
la radiación emitida por el equipo, situa-
do a cierta distancia, atraviesa el aire sin
calentarlo, llega a la pintura que absorbe
la energía de radiación en todo su espesor,
y la atraviesa hasta la chapa del vehículo,
la cual se calienta al absorber la radiación.
Este calentamiento de la chapa contribuye,
además, al secado de la pintura, lo que al
final se convierte en una reducción de los
tiempos de secado.
Debido a esta reducción en los tiempos de
secado, se trata de un equipo imprescindible
para las zonas dedicadas a los trabajos rá-
pidos de pintura, pudiéndose emplear en el
secado de las distintas pinturas empleadas
en la reparación (imprimaciones, masillas,
aparejos y pintura de acabado). Si bien su
mayor campo de utilización es en el secado
de las pinturas de preparación, acortando
los tiempos de secado sin necesidad de em-
plear la cabina de secado, que normalmente
queda reservada para la aplicación y secado
de las pinturas de acabado.
Los equipos de secado por infrarrojos
pueden ser muy variados en cuanto a su
tamaño, desde equipos pequeños manua-
les, pasando por instalaciones móviles en
la zona de preparación (con ruedas o aé-
reos), y hasta instalaciones en la cabina de
pintura, móviles mediante carriles situados
en la parte superior o mediante un arco de
infrarrojos que se desplaza a lo largo del
vehículo.
Los equipos de secado por infrarrojos más
habituales, según el tipo de radiación emi-
tida, son los de onda corta, cuya radiación
es más penetrante y logran unos tiempos
de secado menores.
En los últimos años los avances en este tipo
de equipos se han centrado en los sistemas
electrónicos, que permiten disponer de va-
rios programas para las distintas pinturas
aplicadas y se han dotado de sensores de
temperatura y distancia para regular la in-
tensidad de las lámparas según la distancia
a la que se coloque la superficie a secar.
Además, se ha disminuido el deslumbra-
miento, se ha conseguido un reparto más
uniforme del calor y se han incluido siste-
mas de refrigeración para las lámparas y la
pantalla. Otra de las ventajas incorporadas
es su diseño cada vez más ergonómico, que
Sistema por raíles de infrarrojo
Arco de infrarrojos
aumento de paso de aire lleva asociado ge-
neralmente un mayor caudal de aire, que en
las cabinas actuales se encuentra en torno
a los 30.000 m
3
/h.
Consumo de energía
y combustible:
Otro de los aspectos mejorados enormemen-
te es el consumo de energía y combustible
de las actuales cabinas de pintura, que se
consigue con distintos sistemas como:
•
Quemadores de llama directa, o en vena
de aire, que permiten alcanzar antes la
temperatura de secado.