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Cuidado

con las

distracciones

Aproximadamente un 30% de los

accidentes que no pueden explicarse

se atribuyen a distracciones al volante.

Pensamientos, imágenes, preocupaciones

y conductas como encender un cigarrillo,

poner la radio o hablar por el móvil, son

malos compañeros de viaje.

El ser humano procesa toda la información

que recibe del exterior a través de sus

sentidos, pero no puede analizarla en

su conjunto al mismo tiempo. Debe

seleccionar y fijar su atención

en qué

es más necesario o interesante en un

determinado momento.

Conducir un vehículo implica atender

diversas tareas: el control del vehículo, la

dirección, los indicadores del cuadro, las

señales de tráfico, etc.

Atención

Como es imposible atender de manera

consciente y prioritaria todas las actividades

de la conducción, hay que dividir la atención

entre la analítica o concentrada y la sintética

o difusa. Para conducir se utilizan ambas

atenciones, aunque predomina la difusa,

sobre todo en largos recorridos.

La atención a la conducción depende de una

serie de factores inherentes al propio individuo

y otros cuyo origen está en el medio que les

rodea, de manera que todos ellos pueden

inducir a que aparezcan distracciones.

Malos hábitos

Existen conductas muy habituales entre

los conductores –encender un cigarro,

ponerse el cinturón circulando, buscar

algo en la guantera, leer un mapa…– que

son un peligro por la falta de atención que

suponen.

Otros elementos nuevos que contribuyen a

la distracción son el uso del teléfono móvil

(aunque parezca mentira, también se leen

los whatsapp), el ordenador de a bordo,

el navegador. También existen estímulos

del exterior como anuncios publicitarios,

señales de tráfico, o la variedad paisajística.

Para analizar el peligro de estas

distracciones, indicamos los metros que

se pueden recorrer con un vehículo en

el tiempo de distracción, durante los

cuales el conductor no tiene control sobre

el vehículo en el caso de surgir algún

imprevisto.

PEGASUS,

EL SISTEMA DE LA DGT PARA VIGILAR LAS CARRETERAS, PERMITE CONTROLAR LA VELOCIDAD DE LOS

VEHÍCULOS Y VER LA ACTITUD DE LOS CONDUCTORES AL VOLANTE. HA TOMADO IMÁGENES QUE MUESTRAN CÓMO

SE LEEN MENSAJES EN EL MÓVIL, SE PROGRAMA EL NAVEGADOR, Y OTRO TIPO DE CONDUCTAS PELIGROSAS, QUE

DENOTAN

GRAN DESATENCIÓN A LA CONDUCCIÓN

Por

Juan Carlos Iribarren Vera

CESVIMAP 89

30

S E G U R I D A D V I A L