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358 · Junio 2013
poniéndose de moda que haya una interven-
ción en este estilo en las reuniones sectoria-
les) era
Fernando
Sánchez
Salinero
consultor estratégico y especialista en cons-
trucción, desarrollo y comunicación de pro-
yectos, autor del libro
“¡No es una crisis! Es
un cambio estructural”
cuyos ejemplares se
entregaban junto con la documentación del
congreso y que se “enfundó” (literalmente) el
mono de trabajo con la leyenda “Yo amo a las
PYME” para dar nuevos enfoques con los que
encarar la situación e instalar a las empre-
sas en el SXXI.
Su argumento venía a aportar luz sobre la
situación contextual que las empresas están
atravesando, dando explicaciones de cómo
se generó la situación y abandonando la pa-
labra crisis por el modismo
cambio
estructu-
ral
, que genera incógnitas que pueden ser
leídas como amenaza u oportunidad: dar
respuestas distintas a las situaciones, extra-
yendo factores positivos y creativos a reali-
dades que antes no existían. Una de sus so-
luciones se basaba en la actitud positiva, en
saber vivir en la incertidumbre, en ser el
mejor, diferenciarse y ser competitivo en
precio y darlo a conocer; hay que hacer que
brillen las habilidades empresariales que
hacen único el negocio, saliendo de la zona
de confort y dándolo a conocer.
ANCERA somos todos
El Comité, aunque liderado por su presiden-
te, quiso lanzar a la sala una serie de cues-
tiones para que los congresistas dieran su
opinión; si bien no se llegaba a conclusión
alguna, se podía conocer un poco más qué
es lo que se debate en las reuniones del
Uno de los congresos con mayor asistencia de Distribuidores.
Francesc Lozano de Inform Risk, con su
acuerdo para acceder a la base de datos
que permite clasificar a los clientes en
función de su solvencia.
Antonio López Terres, y Roberto Aldea,
presentando la encuesta sobre la asocia-
ción realizada por GiPA.
La mesa de expertos analizaba determinados temas que debían ser
debatidos por los técnicos presentes en la sala, y que suscitaron al-
gunas intervenciones.
Comité, tomando contacto con el sentir de
los asistentes. Una de las preguntas era si
Oscaro
o los
Desguaces
podían entrar en
ANCERA, a lo que la sala respondía (muy ac-
tivamente) con diversos comentarios (pre-
sentándose factores de amenaza –venta de
varias líneas de recambio: mayor y menos,
remanufacturación, chatarrería- y a favor de
su pertenencia); otra pregunta suponía la
persecución o no de los boxes o los talleres
ilegales a lo que se entendió que si un cliente
paga, no se le puede dejar de vender y que no
es labor de ANCERA perseguir a estos talle-
res, ya que las asociaciones ya están tratan-