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06.12
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Giro conservador en la nueva
generación del Yaris
Políticamente correcto
Toyota
ha apostado por el convencionalismo como fórmula de éxito para la nueva generación del
Yaris
. Soluciones de las dos generaciones anteriores como la instrumentación en el centro o los
asientos traseros deslizables han pasado a la historia. Ahora, el Yaris se parece más al resto de competi-
dores, se ha estandarizado.
El utilitario de Toyota sigue siendo más pequeño (3,89 metros) que la media pero ha crecido en diez
centímetros respecto a su predecesor. Este aumento de cotas se ha traducido en una habitabilidad cla-
ramente mejor, la relación habitabilidad-tamaño es de las mejores de su categoría. El maletero alcanza
los 286 litros de capacidad, en la media entre los vehículos del segmento B, pero ahora no se puede
ampliar esta cifra o el espacio para las piernas de los ocupantes traseros al no ser correderos los asien-
tos traseros. Desde la marca nipona han explicado que este sistema de deslizamiento que permitía in-
cluso desplazar solo una fracción (30) o dos (70) no tenía demanda pero lo cierto es que el Yaris pierde
una de sus grandes ventajas respecto a la competencia ya que la versatilidad trasera del anterior Yaris
era única y ejemplar. Suponemos que la reducción de costes manda. Sí que nos parece mejor el cuadro
de mandos detrás del volante y el salto de calidad también ha sido notable. Este Yaris da muy buenas
sensaciones y todos los mandos son muy intuitivos y fáciles de accionar. Por lo que respecta al puesto
de conducción, para personas de baja estatura (como un servidor), al subir la altura del asiento uno
queda como sentado en un silla, con las rodillas y pies demasiado flexionados. Esta postura de conduc-
ción ya la padecíamos en la anterior generación. Los conductores altos o de estatura media pueden dis-
frutar de una postura de conducción más cómoda.
Una vez en marcha, el Yaris se presenta como un utilitario muy confortable. Mención especial merece
su amplio radio de giro que hace que su conducción por ciudad sea muy ágil. El tacto de suspensión es
muy equilibrado y su comportamiento es muy noble. En cuanto a los motores, se puede elegir entre
dos variantes gasolina, de 69 y 99 CV y una diésel de 99 CV. Probamos el tres cilindros 1.0 de gasolina
de 69 CV cuyo uso en ciudad es satisfactorio pero se queda corto de potencia en carretera. Eso sí, su
consumo es de los más aquilatado, 4,8 l/100 km en ciclo combinado. Para el que de un uso al Yaris fue-
ra de ciudad, la motorización más recomendable es la diésel de 90 CV. Como es habitual en la marca
nipona, el Yaris se presenta con un equilibrada relación calidad-precio-equipamiento. De hecho, ha
ajustado el precio de su utilitario en relación a la generación anterior. Ahora, se puede acceder a un
Yaris desde poco más de 12.500 euros, promociones al margen.
E
Tras probar y constatar lo bien que va
el
Chevrolet
Aveo
diésel, tenemos
claro que este utilitario arañará ventas a los in-
tocables Ibiza, Fiesta, C3 o Clio. Lo tiene todo
para competir con ellos. Ahora falta que los
compradores se quiten los prejuicios sobre una
marca aún menos conocida pero que ofrece
productos cada vez mejores, el Cruze también
es un buena muestra de ello.
Volviendo al Aveo, Chevrolet ha dado un gran
paso adelante con esta nueva generación. Para
empezar, lo ha alargado hasta los cuatro metros
(4.039 mm) para competir de tú a tú en térmi-
nos de habitabilidad. Pues no solo compite sino
que se erige como uno de los más amplios de
la categoría, sobre todo en las plazas traseras
donde ofrece buenas cotas, sobre todo en altu-
ra y espacio para las piernas. La marca america-
na se ha sumado a la moda de las manetas de
apertura de las puertas traseras camufladas, una
fórmula más estética que práctica. La buena ha-
bitabilidad no va en detrimento del volumen de
maletero que, con 290 litros, también se sitúa
por encima de la media en capacidad.
Estéticamente, los faros delanteros son de gusto
discutible en su afán por dotarle de deportivi-
dad mientras que la zaga no varía mucho res-
pecto a su predecesor.
El factor clave que debe disparar las ventas del
Aveo es el lanzamiento de las versiones diésel.
Y “Chevy” lo ha hecho con la incorporación de
dos motores Ecotec de 75 y 95 CV también
montados en los Opel. Probamos la versión de
95 CV y nos causó una grata impresión. Este
motor es muy ágil y elástico, nada que ver con
sus orígenes que mostraba un vacío a bajas re-
voluciones desesperante. Este motor empuja
con fuerza desde el rango más bajo de revolu-
ciones, mantiene el tono hasta las 4.000 vueltas
y es muy agradable de conducir. En cuanto al
consumo, no es de récord pero sí contenido
(4,1 l/100 km), en parte gracias al sistema de
parada y arranque que monta de serie. El resto
del conjunto también ayuda, el tacto de la direc-
ción y del cambio son más que satisfactorios, el
puesto de conducción ideal se consigue con fa-
cilidad, la visibilidad es buena en todos los án-
gulos y la suspensión es cómoda ya que la mar-
ca americana, fiel a sus orígenes, ha primado el
confort sobre el dinamismo.
El precio del Aveo es muy competitivo, desde
13.000 euros con el motor diésel de 95 CV, y se
presenta muy equipado: seis airbags, ESP, crui-
se control con limitador de velocidad, faros anti-
niebla, aire acondicionado, ordenador de a bor-
do, ajuste lumbar, retrovisores exteriores térmi-
cos, mandos en el volante, sistema de parada y
arranque Start&Stop, etc.
La versión diésel del Chevrolet Aveo lo tiene todo para triunfar
Súper ventas, temblad