

V
an
irrumpiendo
materiales como
plásticos
,
aluminio
o
aceros
ale
Plásticos
De este modo, van irrumpiendo
progresivamente materiales como
los plásticos, el aluminio o, más
recientemente, los aceros de alta
resistencia.
El plástico se introdujo en los vehículos
fundamentalmente a través de los
paragolpes, piezas muy expuestas a
dañarse y, por tanto, sometidas a una alta
frecuencia de reparación.
El chapista se encuentra en ese momento
con un material totalmente diferente;
tenía ciertas propiedades de elasticidad y
no podía ser conformado mecánicamente
como la chapa de acero, pero tampoco
se podía soldar. Surgen nuevas técnicas
de reparación: la aplicación de calor para
conformar deformaciones que, junto con la
utilización de pequeñas varillas de plástico,
proporcionan incluso la posibilidad de
reparar grietas en estos materiales. También
se generaliza el empleo de adhesivos para
reparar este tipo de sustratos.
El técnico pasa de trabajar con
herramientas mecánicas y equipos de
soldadura a utilizar también sopletes
de aire caliente, varillas de plástico o
materiales químicos. Del proceso más físico
y mecánico, al más delicado, en el que la
limpieza se sitúa en un lugar preferencial.
Del uso de protecciones personales contra
golpes o quemaduras, al de protecciones
ante el contacto con materiales químicos o
la inhalación de vapores.
Aluminio
Otro material que aparece en la
fabricación de carrocerías es el aluminio.
Mucho más ligero que el acero, y con
propiedades también diferentes en su
reparación.
Este chapista de finales del siglo XX,
inicialmente, entiende que el aluminio, al
ser un material metálico, se repara del
mismo modo que el acero, pero pronto se
da cuenta de las diferencias.
Por un lado, la superficie de las piezas
de aluminio es más blanda que en
el acero, por lo que los tradicionales
golpes de tas y martillo provocan marcas
superficiales y sobreestiramiento del
material. Por otro lado, al aplicar esos
esfuerzos mecánicos, en ocasiones se
originan grietas en la superficie de la
pieza del aluminio, menos elástico que el
acero. Comienzan a utilizarse materiales
mecánicos más blandos, como martillos
de aluminio o tases de madera.
También se introduce otro parámetro:
la necesidad de calentar la chapa de
aluminio para que sea más moldeable y
se eviten grietas.
El aluminio también se suelda de
manera diferente; la soldadura por arco
pulsado tiene connotaciones diferentes,
por lo que los equipos han de ser
diferentes también. La soldadura por
puntos es de difícil aplicación sobre este
material, debido a su baja resistencia
eléctrica. Surgen los remaches,
conocidos hasta ese momento como
elementos de unión residuales en el
automóvil, pero que cobran relevancia
en piezas y carrocerías de aluminio,
siendo necesarios equipos específicos
para su colocación.
El chapista ve cómo se añaden nuevas
colecciones de herramientas para su
trabajo, además de técnicas de reparación
que debe conocer: el calentamiento
controlado de las chapas de aluminio,
diferentes soldaduras o el remachado de
piezas.
w
Reparación de plásticos mediante soldadura
w
Carrocería de aluminio
CESVIMAP 89
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C A R R O C E R Í A