E
Volkswagen
ha pretendido que la nueva
generación del Beetle abandone, en parte,
su aspecto de redondito bonachón para adoptar
unos rasgos algo más agresivos y lo ha conseguido.
El nuevo Beetle es más deportivo, menos simpático
pero igual de bonito y agradable a la vista.
Exteriormente mantiene lo que siempre ha sido el
Beetle, es decir, su forma de escarabajo (Beetle es es-
carabajo en inglés) con sus características formas re-
dondas, el capó totalmente ovalado así como la trase-
ra y los marcados pasos de rueda (¡no se confíen al
aparcar pensando que pasan!). Ahora, sin embargo,
conta to
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01-02.13
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Si se realizara una encuesta entre los con-
ductores, es muy posible que el
BMW
Serie 3
fuera escogida la berlina mediana más
deseada. Y lo más probable es que la variante
320d
EfficientDynamics
automática fuese la ver-
sión preferida al ser la más equilibrada por su rela-
ción prestaciones-consumo-“precio” (sí, precio en-
tre paréntesis porque ya sabemos cómo son las ta-
rifas de la marca bávara).
La nueva generación de la Serie 3 mantiene la típica
deportividad BMW pero ahora la ha alargado hasta los
4,62 metros para subsanar el gran defecto de su pre-
decesor, la habitabilidad. Y lo ha logrado, sin ser un
prodigio del aprovechamiento del espacio, el BMW
320d berlina que probamos nos dio sensación de es-
pacio, sobre todo en espacio para las piernas de los
pasajeros traseros. El volumen de maletero, de 480 li-
tros también es más que suficiente. Profundizando en
el interior, BMW sube un peldaño más en calidad, si es
que era posible. Este Serie 3 refina calidad y solidez
por todos sus poros, el accionamiento de la dirección,
el cambio y los mandos es impecable y, en conjunto,
El BMW 320d EfficientDynamics berlina,
la opción más equilibrada
OBJETO DE DESEO
Volkswagen Beetle 2.0 TSI
DSG 200 CV
MÁS REBELDE
transmite la sensación de seriedad y austeridad (en el
sentido de huir de todo barroquismo o elemento acce-
sorio) que solo BMW sabe transmitir. Si a esta sensa-
ción de calidad interior le sumamos el extraordinario
rendimiento del motor diésel de 163 CV, su eficaz cam-
bio automático de ocho velocidades y una suspensión
que combina a la perfección confort y dinamismo el
resultado es impresionante. Cuando bajas del 320d la
conclusión de la mayoría de los que lo hemos probado
ha sido unánime: “qué bien que va”. Y es que la fuerza
del motor es descomunal, traduciéndose en unas rápi-
das recuperaciones a las que ayuda un cambio real-
mente rápido de reacciones. En cuanto al tarado de las
suspensiones, BMW lo ha ablandado en aras de hacer-
lo más confortable que la anterior generación por lo
que ahora está más orientado a las familias. Viendo la
filosofía del modelo, este ligero aburguesamiento nos
parece acertado. Otro aspecto relevante es el bajo con-
sumo de este turbodiésel de 163 CV. Gracias a tecnolo-
gías
EfficientDynamics
como la combinación del filtro
de partículas diésel y el catalizador por oxidación con
un catalizador acumulador de NOx hacen posible que
el consumo medio del 320d
EfficientDynamics
sea tan
solo de 4,1 l/100 km. Tampoco es alto el de la versión
convencional: 4,5 l/100 km.
En cuanto al precio, el de la variante 320d
EfficientDynamics
berlina con cambio automático es de
unos 37.500 euros. Es un precio elevado pero equilibra-
do si tenemos en cuenta que el 328i (245 CV) o el 330d
(258 CV) parten de los 42.000 euros y la diferencia de
rendimiento no nos parece decisiva.
ha crecido notablemente en tamaño (4,28 metros de
largo por 1,81 metros de ancho) y ahora es definitiva-
mente un cupé de tres puertas y cuatro plazas. Más
ancho y más bajo que su predecesor, su aspecto es
más deportivo. Una vez dentro, las plazas delanteras
son muy amplias y las traseras son justas en espacio
para las piernas y las personas altas pueden tocar en
el techo porque enseguida empieza su curva descen-
diente hacia la zaga. Como contrapartida, el diseño
de los asientos hace que sean cómodos y al ser de
solo dos plazas detrás, no consideramos que la estre-
chez del habitáculo pueda suponer un problema, sí
que lo puede suponer el entrar y salir de la parte tra-
sera operación algo complicada porque los asientos
traseros quedan muy bajos. En lo que sí ha ganado la
nueva generación del Beetle es en maletero, que
ahora cubica 310 litros, casi 100 litros más que su pre-
decesor, factor que podría ser decisivo para que este
Beetle se venda más. Tras probar la versión 2.0 TSI de
200 CV con cambio DSG les podemos asegurar que
otro argumento de ventas es su rendimiento y cali-
dad de conducción. El motor va sobrado de potencia
aunque consume un pelín demasiado (7,3 l/100 km
en ciclo combinado), es muy ágil en todo tipo de ca-
rreteras, el cambio automático es rápido (¡cuantas ve-
ces habremos alabado el DSG de Volkswagen!) y es
muy sencillo de conducir: la posición de conducción
ideal se consigue con facilidad, su visibilidad es co-
rrecta aún a pesar de su escasa superficie acristalada
y el accionamiento de los mandos es preciso e impe-
cable destacando el tacto de la dirección y el manejo
del volante cuyo fino grosor es ideal para los que te-
nemos las manos pequeñas.
En cuanto a la tarifa de precios, Volkswagen los ha ajus-
tado bastante (la gama Beetle parte de los 19.700 euros)
a pesar de tratarse de un coche que se compra más con
el corazón que con la cabeza.