340 · septiembre 2011
VEncuentro
MoterodelaPosventa
el de
50
a
Aunque todo lo que uno espera del V Encuentro Motero de la Pos-
venta organizado por MRyT sucede en un mismo día, el viernes 22
de julio pasado, el de este año arrancó de hecho ya la noche del
jueves 21, con la llegada a Barcelona de los invitados de más allá del
Cinca y del Ebro. Una cena ligera y sin florituras (“ya, seguro…”)
basada en arroces y aguas minerales (entre otras muchas cosas) les
llevaría a la cama para estar frescos para el intenso viernes. La mesa
estuvo servida para Eduardo Casero, Jesús Pérez Loriente y José Mª
Clemente; mientras ellos cenaban, Pepe Peñalver estaba de camino
de Murcia en coche, tras una reunión que, sospechamos, se le hizo
eterna…
Estaba siendo un mes de julio atípico en lo climatológico. Lluvias y
tormentas por toda España encontraron gusto en aguar los planes
de playa de la población sedienta de vacaciones. La canícula se re-
sistía a llegar. Hacía calor, sí, pero no era nada comparado con lo
que es común en esta época. Temiendo incluso por si se cumplían
las múltiples previsiones de lluvia que veníamos siguiendo ávida-
mente en los días anteriores, nos plantamos en el 22 de julio con un
día razonablemente fresco y sin demasiadas nubes. Un día esplén-
dido para salir en moto… y eso es lo que hicimos.
Todos los invitados se encontraron pronto, a las 8:30h de la mañana
del viernes en el concesionario ItaloMotor de la calle Numància de
Barcelona. Poco a poco fueron llegando los autóctonos: David Turé-
gano, Joan Carles Rico, Joan Olivella y Jordi Pons. Allí les esperaba
Eric Cirera y todo el equipo del concesionario para entregarles las
joyas británicas con las que este año iban a cubrir el recorrido del
Encuentro. Intentando superar la inquietud de quien conoce por pri-
mera vez a su pareja de baile, nuestros moteros vieron salir una a
una sus monturas, todas nacidas en el corazón de Inglaterra, todas
oriundas de un lugar cercano a Birmingham llamado Hinckley, todas
apellidadas Triumph.
Empieza el recorrido
Una breve sesión de fotos lleva al inexorable momento del inicio del
Encuentro. Había hambre de kilómetros, pero sobre todo hambre…
de desayuno, ya que los sufridos moteros, siguiendo las severas in-
dicaciones del equipo de MRyT, salieron en ayunas para no desme-
recer el sagrado momento del primer ágape del día. Con el permiso
del denso tráfico urbano de una mañana de viernes en Barcelona,
los moteros se dirigieron al punto de avituallamiento, el Restaurante
Can Cortès de Sant Cugat. Para ello, recorrieron una parte de una
carretera mítica, l’Arrabassada (
la arrebatada
), que debe su nombre
a su sinuoso recorrido
arrebatado
a las faldas de la montaña de
Collserola.
Durante los siguientes minutos, una vez sentados a la mesa y ha-
biendo pasado incluso un poco de frío rodando por el primer tramo
de carretera de la jornada, los
motoposventeros
sólo abrieron la
boca para dejar paso al aporte de necesarias calorías. A medida que
el nivel de azúcar en sangre iba subiendo, la charla se fue animando
y fue entonces momento para revisar la ruta que les quedaba por
delante: unos 240 km (de los que ya habían cubierto los 15 prime-
ros) con un panorama de curvas que asustaría al más ratonero…
Sorpresa, sorpresa
Tras haber recuperado las fuerzas y algunas fotos extra, nuestros
invitados montaron en las Triumph y siguieron la ruta, esta vez con
destino a Terrassa, pero no precisamente de forma directa, sino di-
bujando un bucle que pasó por Sant Llorenç Savall, Calders y Tala-
manca. Con algunas paradas para cambios de moto y algún que
otro refresco, nuestros intrépidos viajeros fueron desgranando los
encantos de una ruta variada (excepto en las curvas…) por las co-
marcas del Vallès Occidental y el Bages, y a la llegada al Parc Vallès
de Terrassa les esperó una sorpresa… Tuvieron que bajarse de las
motos y batirse el cobre en un circuito de karts.
La emoción de la competición, muy disputada y más disfrutada,
abrió de nuevo el apetito a los invitados. De hecho, alguien hubo que
afirmó haberse cansado más en media hora de karts que en toda la
mañana de moto. Le creemos. Tras el reparto de premios, en el que
salieron mejor parados los más livianos del grupo, no se olvidaron
los moteros de hacerse unas fotos con el equipo del Gené Karting de
Terrassa (sólo faltó Jordi Gené, que no pudo estar en el Encuentro).
Homenajes con garbanzos
Desde ahí, el destino fue Rellinars. Por la sinuosa carretera de 15 km
que cruza el parque natural de la Serra de l’Obac el mero imaginar
la comida que les esperaba a la llegada a Can Toni hacía reales aro-
mas inexistentes de guisos y viandas, y éstos se colaban por las pi-
tuitarias de los motoposventeros hasta nublar el entendimiento.
Eran casi las cuatro de la tarde y el estómago se quejaba… Suerte
que el recorrido se cubrió en un plis. ¿Sería que la guerra de jugos
gástricos hicieron retorcer más el acelerador de las Triumph?
La comida en Can Toni marcó, tal como unos esperaban y todos
deseaban, un punto y aparte en la jornada. A panza llena, todo el
monte es orégano. En este estado de gracia plena, llegó el momento
de entregar los merecidos diplomas acreditativos de participación
en el V Encuentro Motero. Uno a uno los invitados recibieron su mar-
chamo siendo clasificados en función de sus cualidades moteras
entre plantadores de patatas, carne fresca de cuneta o
aguantamo-
Y van ya cinco… Para celebrar el
primer lustro de nuestro
Encuentro Motero de la
Posventa necesitábamos hacer
algo realmente ‘chocante’.
Así que no solo nos llevamos de
ruta motogastronómica a nueve
intrépidos posventeros, sino que
además multiplicamos por dos
el número de ruedas sobre las
que nuestros invitados tuvieron
que medir sus fuerzas… Al final,
como siempre, lo que sobró fue
camaradería, diversión, buen
rollo y adrenalina. Y lo que faltó,
también como de costumbre,
fue más tiempo para seguir
disfrutando.
El Díade las
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