340 · septiembre 2011
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teros
, según su condición de repetidores, novatos o personal do-
cente (que no decente).
Y a la hora de la siesta… ¡más moto!
Después de comer, no faltaron de nuevo fotos que tomar y vídeos
que filmar. Se retomó entonces la ruta con el objetivo de volver a
Barcelona pasando por Marganell, Collbató y la A-2 hasta nuestro
punto de partida… Pero el reloj es un instrumento de avance inex-
cusable, la comitiva había ido sumando retrasos durante todo el
día y los aviones, aunque no salgan a su hora, requieren de su
pasaje toda la puntualidad. Así que con el consenso de todos los
invitados, el trazado original se recortó en unos 30 km de curvas
para ir, vía Castellbell i el Vilar, Monistrol de Montserrat y Abrera
por la C-55 y la A-2 directos hacia la capital catalana.
De nuevo en ItaloMotor, ese momento agridulce de la despe-
dida llega siempre de un modo u otro. Las nueve Triumph que
habíamos acariciado, maltratado, ahogado, estrujado, abu-
sado, descascarillado e incluso violado durante todo el día
debían volver a descansar en sus aposentos. Algunas eran de
ItaloMotor, otras las había traído Chema Clemente bajo el
brazo en furgón desde Triumph España en Madrid. Y desde
ahí, cada uno a su casa, y a soñar con motores tricilíndricos
súperrevolucionados y curvas infinitamente enlazadas…
¡Hasta el próximo Encuentro!
estias bellas
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